mercredi 8 avril 2009

Justos entre las naciones.

Es sabido que durante la Segunda Guerra Mundial hubo cientos de personas que ayudaron a salvar a miles de judíos que sufrían la persecución de la Alemania Nazi. En 1993, con el filme "La lista de Schindler", se hizo famoso el caso de Oskar Schindler, empresario alemán que protegió a más de 1,000 judíos de los campos de concentración y exterminio al brindarles trabajo y asilo en su fábrica de artículos Deutsche Emaillewaren-Fabrik en Cracovia, pero hubo algunos otros tambien, como el caso de Aristides de Soussa quien fuera cónsul portugués y que ayudó a más de 30,ooo refugiados al expedirles visas gratuitamente, abriéndoles de este modo el paso de las fronteras de España y Portugal. Uno que me llama la atención es el del poblado francés de Le Chambon-sur-Lignon cuyos pobladores (en su mayoría protestantes) brindaron cuidado y defendieron a muchos otros exiliados.

Todos ellos comparten un título, que a partir de 1963 el estado de Israel ha otorgado a aquellos quienes aún arriesgando la vida ayudaron y protegieron a judíos perseguidos durante la guerra, "Justo entre las Naciones" es cómo se les reconoce y actualmente la lista cuenta con alrededor de 21,000 personas, todas ellas con sus nombres escritos en el Paseo de los Justos en el Memorial Yad Vashem de la ciudad de Jerusalén.

El término "Justos entre las Naciones" según la Wikipedia (2008) proviene del hebreo trascrito como Hasidei Ummot Ha-Olam o Chassidey Umot Haolam que es una expresión empleada para referirse tradicionalmente al conjunto de aquellas personas de confesión no judía o extranjeros, a los que también denomina gentiles o noájidas, que merecen consideración y respeto por observar una conducta moral acorde con los Siete preceptos de las naciones (ver en "comentarios") y a los que, según esta creencia, les espera una recompensa Divina.

Pienso de cierto modo que hay algo loable en todo ello y reconozco el valor y el coraje de esas personas cuya actitud heroica marcó un hito en la historia, pero a la realidad pienso en todos aquellos merecedores de un galardón similar que tristemente han pasado desapercibidos. Y más aún, mi pensamiento me lleva a considerar a aquel que en un sólo acto salvó a millones de personas y aunque me conmueve el hecho de que tal ejemplo de amor, entrega y coraje no tenga un lugar en dicho "Paseo de los Justos", me regocija el saber que aquél Nombre se encuentra entallado en el corazón de muchos, obrando con justicia y que tanto ha sido el poder de aquella obra que incluso otorga el título de "Justo" a todo aquel en quien él cree.

Se sabe que aquellos nombres figurados en la famosa lista de Schindler tuvieron la fortuna de salvar sus vidas y los que tristemente no alcanzaron lugar en ella perecieron en los campos de exterminio. Hoy tu mismo puedes pertenecer a una lista que salvará tu vida y que además te dará el reconocimiento como justo, no por hombres sino delante de Dios mismo, ¿dónde? por supuesto en la Lista del Señor Jesús.

1 commentaire:

Eduardo Roldán Reyes a dit…

Según la Halakha, los 7 preceptos divinos que deben ser observados por los no judíos son :

No adorar falsas deidades y reconocer un solo Dios;
No blasfemar en su contra;
Apoyar los tribunales de Justicia que fomenten y garanticen el respeto de la moral pública ;
Perseguir y sancionar la muerte violenta ;
Perseguir y sancionar el robo ;
Repudiar las conductas inmorales y aquellas sexualmente perversas que destruyan los lazos de la familia ;
Prohibir el consumo de animales vivos.

Estos preceptos fueron según la tradición enunciados por mediación divina en tiempos del patriarca Noé a toda la Humanidad tras sobrevivir al Diluvio y por ello, son considerados como esenciales por los rabinos, si bien existen otros ordenamientos que incumben a los no judíos pero de menor imperativo en su seguimiento.

Según educan los rabinos, las sociedades que violan deliberadamente estos preceptos no pueden sobrevivir y se exponen a su decadencia y destrucción como ilustra el episodio de Sodoma y Gomorra, de manera que su supervivencia es mantenida por la voluntad divina en defensa del Bien de los "Justos" que viven en el seno de la sociedad.