De vuelta... Después de unas maravillosas vacaciones en mi querida Orizaba, puedo decir que he aprendido una cosa más acerca del tiempo: la duración y el instante dependen del punto hacia el que se mira.
Hoy, después de esos días tan cómodos de descanso, meditación, y de servicio, me doy cuenta que el tiempo en efecto es relativamente diferente en sus dos sentidos: ayer mirando hacia el hoy parece tan largo, pero hoy cuando miro hacía el ayer doy cuenta de lo corto que puede ser. ¡Cuánto amo a mi Orizaba!
Es increíble pero en seis meses de ausencia cambian muchísimas cosas, calles remodeladas, nuevas tiendas, el orbe extendiéndose cada vez más y aún mi propio hogar, que para sorpresa encontré con cambios: pintura, muebles... Con todo eso una sola cosa me bastó para sentirme realmente acogido, el cálido abrazo, la sonrisa sincera y el suave gesto de mi familia, amigos y hermanos de quienes agradezco infinitamente al Creador por hacerme sentir tan especial.
El año ha comenzado y la batería que llevo ha sido recargada, así que mi deseo, como el de muchos países: hacer uso eficiente de mi energía y mis recursos. ¡Amor, Verdad y Vida!
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